LA NOBLE LUCHA DEL GUERRERO
LA NOBLE LUCHA DEL GUERRERO
Budo es la vía del guerrero; involucra todas las artes marciales. Realiza exploración a través de la experiencia directa y profunda, la relación entre la ética, religión y filosofía. Su asociación con los deportes es un desarrollo muy reciente; las escrituras antiguas se concentran esencialmente con una forma particular de cultivo de la mente y una reflexión sobre la naturaleza de uno mismo: ¿quién soy? ¿Que soy yo?
En japonés, do significa la vía. ¿Como se puede seguir esta vía? ¿Cómo encontrarla? No es solo aprender una técnica, menos aún una competencia deportiva. Budo incluye artes, tales como: Kendo, Judo, Aikido, y Kyudo o tiro con arco, aunque el ideograma bu signifique parar la confrontación. En Budo la idea no es el competir, sino encontrar paz y maestría de si mismo.
La vía, Do es el método, la enseñanza que permite comprender perfectamente la naturaleza de tu propia mente y de ti mismo. Es la vía del Buda que te lleva a descubrir tu propia naturaleza, despertar del entumecimiento del ego durmiente y de esta manera acceder a una personalidad mayor, más completa. En Asia esta vía se ha transformado en la moralidad suprema y en la esencia de todas las religiones y filosofías. Juventud es sinónimo de justicia y vigor. El vigor es estimulado por Bu (artes marciales) y puede desbordarse en buenas o a veces en malas acciones. Por tanto, si las artes marciales son seguidas correctamente, pulirán el carácter y su practicante apoyará la causa de la justicia; pero si se usan con malos propósitos, podrían llegar a corromper la sociedad y volverse en contra de la humanidad.
Se debe tener dignidad sin ferocidad. Las artes marciales deben llevarnos a este nivel. La fuerza debe usarse como último recurso, únicamente cuando el sentido de humanidad y justicia no pueden prevalecer.
No sirve para nada el actuar temerariamente sin propósito alguno causando daños a los demás. Los que piensan que ya han aprendido todo y se tornan engreídos y fanfarrones, quienes hablan de sus propios méritos después de haber dominado los pasos o haber adquirido destreza en sus movimientos físicos, no son dignos de ser considerados como estudiantes serios de las artes marciales.
Se dice que cuanto más alto es el árbol, más fuerte es el viento, pero ¿acaso hasta el sauce no se las ingenia para soportar el viento? De manera similar el estudiante de artes marciales debe considerar el buen comportamiento y la humildad como las más altas de las virtudes. Por lo tanto, conseguir cien victorias en cien batallas no constituye la mayor habilidad; Dominar al enemigo sin luchar si es la mas alta de las virtudes.
Yenny Carolina Ramirez P. 75832
Juan Pablo Caicedo C. 71881
Budo es la vía del guerrero; involucra todas las artes marciales. Realiza exploración a través de la experiencia directa y profunda, la relación entre la ética, religión y filosofía. Su asociación con los deportes es un desarrollo muy reciente; las escrituras antiguas se concentran esencialmente con una forma particular de cultivo de la mente y una reflexión sobre la naturaleza de uno mismo: ¿quién soy? ¿Que soy yo?
En japonés, do significa la vía. ¿Como se puede seguir esta vía? ¿Cómo encontrarla? No es solo aprender una técnica, menos aún una competencia deportiva. Budo incluye artes, tales como: Kendo, Judo, Aikido, y Kyudo o tiro con arco, aunque el ideograma bu signifique parar la confrontación. En Budo la idea no es el competir, sino encontrar paz y maestría de si mismo.
La vía, Do es el método, la enseñanza que permite comprender perfectamente la naturaleza de tu propia mente y de ti mismo. Es la vía del Buda que te lleva a descubrir tu propia naturaleza, despertar del entumecimiento del ego durmiente y de esta manera acceder a una personalidad mayor, más completa. En Asia esta vía se ha transformado en la moralidad suprema y en la esencia de todas las religiones y filosofías. Juventud es sinónimo de justicia y vigor. El vigor es estimulado por Bu (artes marciales) y puede desbordarse en buenas o a veces en malas acciones. Por tanto, si las artes marciales son seguidas correctamente, pulirán el carácter y su practicante apoyará la causa de la justicia; pero si se usan con malos propósitos, podrían llegar a corromper la sociedad y volverse en contra de la humanidad.
Se debe tener dignidad sin ferocidad. Las artes marciales deben llevarnos a este nivel. La fuerza debe usarse como último recurso, únicamente cuando el sentido de humanidad y justicia no pueden prevalecer.
No sirve para nada el actuar temerariamente sin propósito alguno causando daños a los demás. Los que piensan que ya han aprendido todo y se tornan engreídos y fanfarrones, quienes hablan de sus propios méritos después de haber dominado los pasos o haber adquirido destreza en sus movimientos físicos, no son dignos de ser considerados como estudiantes serios de las artes marciales.
Se dice que cuanto más alto es el árbol, más fuerte es el viento, pero ¿acaso hasta el sauce no se las ingenia para soportar el viento? De manera similar el estudiante de artes marciales debe considerar el buen comportamiento y la humildad como las más altas de las virtudes. Por lo tanto, conseguir cien victorias en cien batallas no constituye la mayor habilidad; Dominar al enemigo sin luchar si es la mas alta de las virtudes.
Yenny Carolina Ramirez P. 75832
Juan Pablo Caicedo C. 71881
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